Hay unas pocas razones por las que no lo hacemos:

  1. No podemos evitar hacer que la información esté disponible, ya que los clientes Tor necesitan usarla para elegir sus rutas. Por lo que si los "bloqueadores" la quieren, pueden obtenerla de todos modos. Aún más, aunque no les dijéramos a los clientes acerca de la lista de repetidores directamente, alguien aún podría hacer un montón de conexiones a través de Tor a un sitio de prueba y generar una lista de las direcciones que ve.
  2. Si las personas quieren bloquearnos, creemos que se les debiera permitir hacerlo. Obviamente, preferiríamos que todos les permitieran a los usuarios de Tor conectarse a ellos, pero las personas tienen el derecho de decidir a quienes debieran permitírseles conexiones a sus servicios, y si quieren bloquear a usuarios anónimos, lo pueden hacer.
  3. El ser bloqueable también tiene ventajas tácticas: puede ser una respuesta persuasiva para mantenedores de sitios web que se sienten amenazados por Tor. Darles la opción podría inspirarlos a detenerse y pensar acerca de si realmente quieren eliminar el acceso privado a su sistema, y si no, qué otras opciones podrían tener. El tiempo que de otra manera podrían haber gastado bloqueando a Tor, podrían en vez invertirlo en repensar su enfoque gobal a la privacidad y el anonimato.